Sobre el indulto al antiguo presidente del Banesto y en la actualidad número dos del Banco de Santander


30 nov 2011


Nota informativa de CCOO de Justicia




EL GOBIERNO INDULTA A UN BANQUERO: la falta de decencia moral de algunos dirigentes políticos sólo puede acabar si los ciudadanos nos rebelamos contra la indecencia y la injusticia

CCOO DENUNCIA LA VERGÜENZA DE LA DECISIÓN DE RODRIGUEZ ZAPATERO Y DE SU GOBIERNO, QUE, INCLUSO DESPUÉS DE PERDER LAS ELECCIONES, SIGUE OTORGANDO PRIVILEGIOS A LOS PODEROSOS

¿Qué intereses ocultos se esconden detrás del indulto del Gobierno de Zapatero al vicepresidente y consejero delegado del Banco de Santander?



La decisión del Gobierno en funciones de Zapatero, en el Consejo de Ministros celebrado el 25 de noviembre, a propuesta del Ministro de Justicia, de indultar al antiguo Presidente del Banesto y en la actualidad número dos del Banco de Santander (que fue condenado por la Audiencia Provincial de Barcelona a seis meses de prisión por los delitos continuados de acusación y denuncia falsa, y finalmente por el Tribunal Supremo que concretó la condena a Sáenz en tres meses de prisión y de inhabilitación para ejercer funciones en banca por el delito de acusación falsa; y el Tribunal Supremo había informado desfavorablemente a la concesión del indulto) demuestra de nuevo que este Gobierno termina su mandato cometiendo un atropello y una nueva injusticia, pues la decisión es un escándalo de inmensas proporciones. Como si no hubiera personas que, tras cometer un error en su vida del que están arrepentidas y llevan en la actualidad una vida impecable moralmente, han solicitado también el indulto y se les ha denegado por el Gobierno.

Es tan evidente que los gobiernos de los países de la unión europea no están escatimando medios, incluso los más espurios y perversos, cuando se trata de favorecer o privilegiar a los poderosos (no hace falta recordar que en esta crisis económica que sólo padecemos los ciudadanos, han sido los grandes grupos financieros y los bancos los que se han beneficiado obteniendo millones de euros de los gobiernos, de los intereses de la deuda y de la bolsa, mientras a las clases trabajadoras se nos ha sobreexplotado con recortes salariales y sociales y se nos amenaza, por el partido ganador de las elecciones, con mayores agresiones a nuestros derechos tras las elecciones celebradas el 20 de noviembre).

La tremenda hipocresía de este Gobierno parecía que había alcanzado su techo, pero algo deberán deber, y temer, de la poderosa Banca como el Santander, cuando esta infame decisión le conduce a ser recordado por los ciudadanos como un Ejecutivo sin dignidad.

Y el panorama es poco optimista, porque no podemos estar tranquilos con el futuro que se nos avecina, pues esta decisión del Gobierno ni siquiera ha sido criticada, o puesta en cuestión, por el partido que ha obtenido la mayoría absoluta en estas elecciones, el Partido Popular, ni por el que ha obtenido la victoria en Cataluña y ha sido el tercero en número de diputados, CiU, que sin avisar a los ciudadanos de esa C.A. de lo que les esperaba, sigue realizando recortes salariales y sociales, el día siguiente tras las elecciones celebradas el 20 de noviembre. Ambos partidos han guardado un silencio cómplice con el Gobierno en funciones en esta cuestión que denunciamos, que demuestra la estrecha coincidencia que tienen los tres partidos cuando se trata de favorecer a los poderosos aunque sea con decisiones infames.

En CCOO consideramos la necesidad imperiosa de hacer política con mayúsculas, como demuestra que sí ha habido organizaciones políticas como IU que han denunciado la decisión del Gobierno en este indulto como un “un broche vergonzoso a su andadura”, pero denunciamos la actitud de algunos políticos que no defienden los intereses generales sino que utilizan el poder otorgado por los ciudadanos para perpetuar muchas de las abrumadoras injusticias, y exigimos la regeneración moral, porque lo que verdaderamente atenta a la democracia es gobernar sin justicia o atropellando los derechos de los más débiles, y esta regeneración moral es imprescindible para que podamos construir una sociedad en la que los derechos de trabajadores y ciudadanos estén en el centro de la actividad política.

Madrid a 29 de noviembre de 2011


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